Esta leyenda urbana trata de dos jóvenes del Prado Montevideo, Uruguay, que experimentaron un idílico amor.
Un impas destino, obstaculizó tanto alegría por el prejuicio de ambos ser de clases sociales diferentes.
Sin pensarlo dieron rienda suelta a su imaginación y experimentaron la magia de estar enamorados.
Vivieron lo que significa ver el mundo a través del amor: cielo de intenso azul y árboles más verdes.
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Un Idilio prohibido en un árbol del Prado
Ella proveniente de una familia acaudalada; él por el contrario, de escasos recursos económicos.
Fueron víctimas de la sociedad conservadora de los años 30, en especial de familiares que hicieron lo imposible para separarlos.
¿Lo lograron? no pudieron. Ni siquiera dejándolos en escarnio público. Más bien los unieron eternamente.
Pese a la diferencia, vivían para amarse a escondidas y bajo la mirada cómplice de los árboles del Prado.
Un arroyo de nombre Miguelete con aguas cristalinas, también adornaba la escena amorosa, dando un toque de frescura.
Entre la arbolada estaba emplazado el viejo hotel, refugio constante de los dos enamorados.
Hoy día el mencionado lugar, aunque conserva el nombre fue transformado en salones de reuniones.
Suena quizás a historia rosa y cursi, pero lo cierto cuenta con un trágico final, convertido en leyenda urbana.
Al pie del árbol del Prado
Bajo el mismo árbol del Prado, los protagonistas de esta historia se conocieron y sellaron su amor.
Una tarde cualquiera, ante los constantes señalamientos de la sociedad, se encontraron por última vez “en el mundo terrenal”.
La idea de ambos lejos de decirse adiós, decidieron unirse para siempre acabando con sus vidas.
Fue tan profundo ese sentimiento, que solo pensar estarían separados les producía escalofríos y desesperanza.
El árbol del Prado fue testigo de la lamentable escena que aún con el transcurrir de años se mantiene viva.
Quienes pasan por el sitio, escuchan con atención la leyenda urbana que culminó en tragedia, pero aportó una lección de vida.
Aseguran montevideanos, al caer la tarde resulta fácil identificar entre frondosos árboles del Prado, en cuál se suscitó la escena.
Al pasar se escucha en el «árbol elegido» suspiros de amor, cuenta la leyenda son del par de enamorados.
Por las noches -en cambio – comentan el árbol del Prado, se mantiene levemente iluminado en señal del eterno amor.
Además, es normal que transeúntes se sientan observados, pues un aura mágica envuelve el sitio.
A pesar de los años transcurridos allí está el árbol intacto, convirtiendo el lugar en una zona mágica del Prado.
¿Amar para morir o morir para amar?
Es una disyuntiva que sigue latente. Cómo está pareja fue lo suficientemente valiente o cobarde para acabar con sus vidas.
La respuesta queda a criterio de cada quien, lo cierto es que diferencia de clases sociales influyó en el amor.
De seguro, en otra latitud del mundo, existe otro árbol del Prado que cobija alguna historia de amor similar.
Si visitas El Prado Montevideo, es recomendable realizar una caminata tranquila en familia para conocer más de leyendas urbanas.
Qué oelotudez de leyenda.
Ho tenía entendida otra versión; y clarmaneta esta más buena.